Por: Juan José Martínez
Durante los últimos 10 años he apoyado en su proceso de transformación digital a empresas de diversos sectores, tales como manufactura, educación, reciclaje, salud y construcción.
Cada empresa tiene su propia razón para la transformación digital. Algunas encuentran su motivación en aprovechar oportunidades de crecimiento, muchas otras debido a que enfrentan una mayor presión competitiva, mientras que otras se ven obligadas por cambios en los estándares regulatorios de los mercados en los que participan. Cualquiera que sea la razón por la que una empresa comienza en este camino, todas enfrentan retos al momento de recorrerlo, ya sea por inacción u otros errores comunes. Me toca ver esto una y otra vez, en todos los sectores, pero con mayor frecuencia en la manufactura.
Es por esto que hoy me gustaría plantear, de acuerdo a mi experiencia, mi TOP 5 de errores comunes en el sector manufactura con la finalidad de que puedas tomarlos en cuenta si estás actualmente involucrado en la planeación o ejecución de un proyecto de este tipo:
Error número 5: Digitalización superficial
Algunas veces surgen iniciativas por eliminar todo lo que se registra en papel y ahora hacer el registro en archivos digitales (Hojas de cálculo, diapositivas, etc.). Se invierte en computadoras, tabletas, etc. pero se olvidan de mejorar los flujos de trabajo y de información, lo cual da una falsa sensación de digitalización, pero que deriva en que se tengan múltiples versiones del mismo documento generando confusiones y retrabajos en el análisis de la información.
Adicionalmente, se ignora el potencial de analizar toda la información que ahora se encuentra digitalizada, la cual podría apoyar en la toma de decisiones.
Error número 4: Automatización excesiva
Ya lo dijo Peter Drucker, “No hay nada tan inútil, como hacer con gran eficiencia, algo que no debería hacerse en absoluto”.
En ocasiones me encuentro con proyectos en donde la justificación principal es la de reemplazar a personas por robots, sin previamente analizar el proceso y sus oportunidades de mejora, por lo que se corre el riesgo de automatizar tareas innecesarias y volver estos procesos menos flexibles. Adicionalmente, no se analiza el ROI, lo cual puede derivar en intentos por maximizar la utilización del activo adquirido, resultando en el incremento de muchos otros costos ocultos.
Error número 3: Proliferación de datos “zombies”.
Con mucha frecuencia, las empresas de manufactura realizan inversiones cuantiosas instalando sensores en todas las máquinas y procesos para leer una diversidad de señales, seducidos por la idea de que los datos son “el nuevo petróleo”.
Lo que realmente termina ocurriendo es que toneladas de datos sin categorizar son generadas. A veces, estos datos ni siquiera son extraídos de las máquinas; en otras ocasiones, estos datos son almacenados en bases de datos, pero no son utilizados y cuando los equipos de TI ven que están consumiendo mucho espacio en los servidores, estos datos son archivados en forma de respaldo con la esperanza de que quizás puedan ser necesarios en el futuro.
Error número 2: No definir su visión digital
Muchas empresas ejecutan proyectos sin primero identificar por qué se están transformando y definir qué es lo que esperan lograr, además de evaluar su estado de madurez digital. Este es el elemento fundamental que debe dirigir el resto de sus pasos y, sin él, terminan por ejecutar proyectos aislados, muchas veces con inversiones mal ejecutadas y con resultados pobres o poco visibles hacia los niveles superiores de la organización.
Error número 1: Ignorar la cultura de la organización
Desde mi perspectiva, este es el error más común, y el más crítico, que se comete en las iniciativas de transformación digital. Los proyectos son normalmente planteados desde el lado tecnológico, partiendo de la selección de la herramienta (software, dispositivos, IIoT, etc.) e ignorando los procesos de negocio y la cultura de trabajo de la organización, cuando en realidad debería ser al revés.
El resultado de todo esto es que no se realiza la gestión del cambio al interior de la organización y se termina con una variedad de herramientas/softwares que son sub utilizados o ignorados, o bien que terminan entregando información poco confiable y que, en el peor de los casos, entorpecen y hacen más lentos los procesos.
Sin duda, la transformación digital está cambiando la forma en que las personas trabajan, juegan y viven, y no hay indicios de que este proceso transformador se esté desacelerando.